El cuarzo es el mineral más abundante en la corteza terrestre, y está presente en numerosas rocas primarias y secundarias. Tienen muchas aplicaciones por sus características físicas y químicas, y algunas variedades son muy utilizadas en joyería.
Qué es el cuarzo y su origen
El cuarzo es un silicato (SiO2) del tipo tectosilicato según la clasificación mineralógica de Dana. Tiene fractura concoidea y no presenta exfoliación. Según la escala de Mohs tiene dureza 7, por lo que puede rayar el vidrio y los aceros comunes.
En condiciones normales el cuarzo tiene estructura cristalográfica tetragonal, y son muy interesantes sus propiedades piezoeléctricas cuando se somete a presión y tensión. También tiene propiedades piroeléctricas cuando se somete a condiciones especiales de temperatura. Estas propiedades hacen del cuarzo un mineral de alto valor industrial en procesos como el desarrollo de chips y circuitos integrados, placas solares y otras tecnologías estratégicas.
Etimológicamente proviene del alemán antiguo; quizá de una antigua palabra eslava occidental que significa «duro», o del antiguo dialecto sajón de una palabra que significa «mena de veta atravesada». En griego antiguo se denominaba «krystallos» de la que proviene la palabra actual cristal.
El cuarzo se encuentra en numerosa rocas ígneas y metamórficas, en rocas hidrotermales junto a numerosos minerales metalíferos y en rocas sedimentarias como depósitos secundarios.
El cuarzo en joyería
La estructura cristalina del cuarzo permite que puedan incluirse diversos tipos de átomos en la misma, en forma de impurezas. También pueden encontrarse cristales de otros minerales dentro de cuarzo en algunas ocasiones.
Esta característica permite encontrar un gran número de variedades cristalinas de cuarzo, reconocidas por sus diversos colores debidos a la presencia de esas impurezas de elementos en su estructura. Muchas de ellas son utilizadas en joyería y decoración, como la amatista, el citrino y el cuarzo fumé.
Otras variedades de cuarzos utilizados en joyería son los de tipo criptocristalino, formaciones de cristalización masiva con presencia de otros minerales o elementos químicos. Son, a menudo, conocidos como ágatas.
Las variedades de cuarzo cristalinas transparentes se usan en joyería en forma de tallas facetadas, que pueden ser estándar (talla brillante, oval, rectángulo, naveta,…) o más fantasía (trabajos de talla artesanales muy elaborados). Las variedades más opacas y las criptocristalinas se suelen utilizar como cabujones, placas planas y gotas de cera; también se hacen esculturas de gran valor artístico.
En general las gemas de cuarzo no son complejas de engastar y montar en joyería, ya que no presentan exfoliación (rotura en láminas) y son resistentes al rayado. Sin embargo, hay que vigilar con su típica rotura concoidea cuando se aprieta mal el buril o las pinzas de engaste.
Existen variedades de cuarzo sintético de tipo hidrotermal. Como es cuarzo cristalino perfecto tiene las mismas propiedades físicas y ópticas que el natural. Hay muy buenos sintéticos en amatista, citrino y fumé, y otros colores menos naturales como verdes y azules claros.
Variedades de cuarzo en joyería
No todas las variedades de cuarzo se utilizan en joyería, pero a continuación describimos las más habituales.
Es una variedad de color púrpura a morado. Su color es debido a irradiación natural de Fe3+ y otros metales de transición en la estructura del cuarzo. Suele ser dicroica, de un violeta rojizo a un violeta azulado. A menudo el color no es homogéneo y el lapidario trata de hacer la talla para aumentar el color en la corona y la tabla. Algunas amatistas en el mercado son cristales de tono muy claro que se han tratado térmicamente para aumentar el color.
Las amatistas de algunas zonas de África (como Zambia) presentan colores más intensos y morados, mientras que las de origen brasileño son más transparentes y de tono lila. Sin embargo hay muchas localizaciones de minería de amatista desde hace siglos, y por lo tanto hay mucha variedad de tonos que se pueden encontrar en el mercado.
La amatista es la piedra de febrero, y se ha considerado piedra sanadora y como amuleto para prevenir intoxicaciones (incluidas las etílicas).
La mejor forma de engastar amatistas es con garras o en bisel. Hay que tener cuidado al darles calor; recomendamos quitar las amatistas de las piezas que se vayan a reparar porque se corre el riesgo de que pierdan todo el color al someterlas a trabajos de soldadura o recocido. También hay que procurar no ponerlas en limpieza con ultrasonidos o vapor.
Es un cuarzo transparente que varía de color amarillo pálido a marrón, debido a la presencia de impurezas de hierro coloidal. La mayoría de los citrinos comerciales provienen de tratamientos térmicos de amatistas o de cuarzos fumé.
Es muy difícil diferenciar entre el cuarzo citrino y el topacio amarillo, pero la diferencia de dureza entre ambas es significativo cuando se hace la prueba.
El citrino se le ha llamado también «piedra del mercader» o «piedra del dinero» porque se le asocia con la idea de que trae prosperidad a quien la tiene.
Como la amatista, es muy sensible a los efectos del calor, así que hay que tener cuidado al trabajar joyas que lleven citrinos al repararlas y limpiarlas.
Es una variedad traslúcida de cuarzo gris marronoso, que se encuentra desde cristales muy transparentes a bastante opacos. El color está causado por irradiación natural del óxido de silicio que da lugar a átomos libres dentro de la estructura cristalina.
Actualmente se utiliza como gema, sobre todo las variedades más transparentes y de tono marrón. Como curiosidad, se utilizaban como protector ocular contra el sol en la antigua China, tallándose en láminas finas.
Es un cuarzo cristalino que se muestra en tonos desde el rosa pálido al rojo rosado fuerte, con un lustre vítreo. Se considera que el color rosa proviene de tener trazos de titanio, manganeso y hierro en su estructura cristalina.
Suele encontrarse en forma de cristales bastante fracturados y maclados, por lo que es difícil encontrar piedras calidad gema para tallar. Se utiliza mucho en bolas y formas fantasía para collares y colgantes, así como en tallas escultóricas y grabados. En las formas más cristalinas el tono se puede ver afectado por la saturación de luz o calor, perdiendo color.
Se asocia con el amor y la compasión, así como un preventivo contra el envejecimiento.
Es una mezcla cliptocristalina de cuarzo y moganita, de lustre ceroso y que puede variar de translúcido o semitransparente. Los tonos naturales varían del blanco al gris azulado. La mayoría de las calcedonías comerciales son teñidas o mejoradas por calor para conseguir colores azulados.
Su nombre proviene de la antigua ciudad de Chalcedon, en Asia Menor; desde la Edad de Bronce se ha utilizado para hacer objetos decorativos y grabados, resaltando la tradición romana de los camafeos, que ha llegado a nuestros días. El grabado de calcedonia fue la especialización del pueblo de Idar-Oberstein en la región alemana de Baden, debido a las minas de este material que se explotaron allí desde el siglo XV.
Es una variedad verde de la calcedonia, color que viene dado por la presencia de óxido de níquel. Su nombre significa, en griego, oro verde.
El crisoprás (o crisoprasa) tiene un brillo de vítreo a ceroso, es translúcido a opaco y tiene una fractura concoidea. Se valoran sus variedades verdes a verdes oscuras. Algunas veces se utiliza como sustituto de esmeraldas en joyas de valor medio.
La mayoría de piedras crisoprás que hay en el marcado están teñidas para homogeneizar el color y conseguir tonos parecidos a la esmeralda. Las piezas de crisoprás verde natural sin tratar están muy cotizadas.
Variedad rojiza de la calcedonia, que puede presentarse entre un naranja pálido a un rojo oscuro casi negro. Su color se debe a la presencia de óxido de hierro. Como el resto de calcedonias, se ha usado históricamente como adorno (desde el Neolítico inicial se han encontrado abalorios y collares de este material) hasta sellos grabados en la época romana.
Tiene fractura concoidea y la mayoría de las piedras en el mercado están mejoradas por tratamiento térmico o teñido. Su nombre proviene del latín «cornus» que es el fruto rojo traslúcido del cornejo macho, comestible y muy similar al aspecto de la piedra cornalina.
Es una calcedonia translúcida con pequeñas inclusiones en láminas (normalmente micas). La más habitual en joyería es la Aventurina Verde, cuyo color se debe a la presencia de láminas de fuchsita, una mica moscovita rica en cromo que aporta el característico tono verde oscuro.
Su nombre significa «suerte» en italiano y parece que el origen se debe a que se parece a una variedad de vidrio de Murano con inclusiones de cobre que se fabricó por accidente o casualidad y resultó ser muy apreciado.
Por esto último, se encuentra un material usado en bisutería llamado «aventurina oro», que lleva pequeñas láminas de cobre brillantes en una masa marrón o azul. Se usó durante un tiempo en joyería, también.
Es, en realidad, una piedra metamórfica en la que los cristales de cuarzo se intercalan en paralelo con cristales de anfíbol (ricos en hierro y magnesio) que han sido reemplazados por limonita (un óxido hidratado de hierro de tonos amarillos y marrones). Esta estructura le da el característico efecto óptico de «ojo de gato» (chatoyancy), muy visible en este material.
Tiene un color variable entre el dorado y el marrón rojizo, con un brillo sedoso muy apreciado. Cuando los tonos son azulados se denomina ojo de halcón.
Normalmente se talla en cabujones o en bolas y formas fantasía para collares. Las variedades más oscuras se clarean con ácido nítrico. Las imitaciones hechas con fibra óptica son bastante malas y muy fáciles de identificar.
ÁGATA:
La piedra denominada Ágata es una combinación de calcedonia y cuarzo, normalmente bandeada y multicolor. Es translúcida a semi-translúcida, con rotura concoidea.
Se utiliza en joyería habitualmente en bolas perforadas para collares o pulseras, y también en cabujones. Sin embargo, es más habitual verla como elemento decorativo y ornamental. Normalmente, en el mercado, las ágatas tienen colores realzados por tintes o calentamiento.
Son una roca de origen volcánico, de fase hidrotermal; los colores originales se deben a la presencia de diversos óxidos. El nombre lo puso el filósofo griego Teofrasto, que la describió por primera vez en el río Achates, en Sicilia.
El jaspe es un agregado de cuarzo microgranular con calcedonia criptocristalino y otras fases del óxido de silicio. Es opaco y el color más habitual es el rojo, que es causado por la persencia de óxidos de Fe3+. También puede ser amarillo, marrón o verde, y en bandas de jaspe de diversos colores.
Su nombre proviene del francés antiguo, que a su vez deriva del akadiano de Asia Menor a través del griego y latín. Su significado es «piedra moteada o manchada».
El jaspe se forma a partir de rocas sedimentarias o cenizas volcánicas sometidas a flujos hidrotermales con gran variedad de óxidos metálicos, que le aportan el colorido y las texturas tan variadas.
Existen gran cantidad de variedades de jaspe, en función de su color y textura (en bandas, en oolitos o círculos, manchas desordenadas, etc.) Cada una de ellas recibe un nombre que puede ser descriptivo (jaspe leopardo, jaspe rojo, arco iris…), o por su origen geográfico (egipcio, africano) o una localización específica (Bruneau -cañón-).
Una variedad muy apreciada es el Jaspe Paisaje o Pictórico, que se corta en láminas que asemejan postales de paisajes naturales.
El ónix es un ágata que se presenta en bandas de color paralelas. Pueden ser de cualquier tonalidad, aunque la más apreciada es la de bandas blancas y negras opacas. Es un término descriptivo, y tiene su origen en la palabra griega de misma pronunciación que significa «uña». Posiblemente como descripción de los ónices de color rojo rosado y blanco.
Sin embargo, el uso comercial común de ónix es el de una calcedonia negra, de color conseguido por tratamientos conocidos desde la época romana. Actualmente se consiguen calentando la piedra en una solución azucarada que es atacad con ácido sulfúrico o clorhídrico para carbonizar el azúcar y que sea absorbido por las capas superficiales de la calcedonia, ágata u ónix bandeado original.
El óxix se usa en joyería en forma de bolas o abalorios fantasía, en cabujones y en chapas planas para sellos. Un tratamiento posterior con ácidos consigue dejar una fina capa superior de color azulado en pieza planas, que se utiliza para grabar escudos heráldicos e iniciales para sellos y lacres.
OTROS TIPOS DE CUARZO:
Existen muchas más variedades de cuarzo, algunas de ellas utilizadas en joyería. El llamado «cristal de roca» es un cuarzo transparente incoloro que se llegó a utilizar como imitación al diamante; hoy se utiliza en bolas y colgantes, o para grabados.
El «cuarzo rutilado» es un cristal de cuarzo transparente con inclusiones de cristales de rutilo (óxido de titanio) en forma de finas agujas, normalmente de color dorado. Se talla en bolas o en piedras facetadas para sortijas y pulseras.
La «prasiolita» es un cristal de cuarzo verde muy raro, cuyo color se debe a la presencia de cobre y hierro. Tiene un color verde menta, y en el mercado se encuentran piezas tratadas térmicamente a partir de amatistas claras.
Finalmente, el «heliotropo» es una calcedonia de tonos verdes por la presencia de óxidos de cromo, masiva y brillo ceroso, con manchas rojizas por óxido de hierro. También se la llama «piedra de sangre» y se talla en bolas o cabujones.
Esperamos que estas descripciones puedan ayudar a identificar mejor las variedades de cuarzo utilizadas en joyería y arte ornamental.
